El chupete

El uso del chupete es un hábito muy extendido en nuestra sociedad, calma y tranquiliza al bebé, por lo que consideramos su uso como algo positivo y aceptado. Sin embargo, hay que conocer tanto sus ventajas como sus inconvenientes, puesto que también existen.

Sus ventajas son que evita dolor y molestias en situaciones incomodas, calma el llanto y tranquiliza, disminuye el reflujo gastroesofágico, disminuye la mala oclusión dental con respecto al uso del dedo, y disminuye el síndrome de muerte súbita del lactante entre otras.

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Por otro lado, como inconvenientes tenemos que disminuye la lactancia materna, predispone a padecer otitis media, supone un riesgo de estrangulación con el propio cordón del chupete, produce una deficiente oclusión dental (aunque, como ya hemos expuesto, es menor que la que provoca el dedo de la mano), predispone a padecer candidiasis, y a una hipersensibilidad al látex.

Teniendo en cuenta todo esto, se aconseja su uso cuando ya se ha establecido la lactancia materna, ofreciéndose al final de cada toma, tratar de limitar su uso al sueño, y es necesario ir eliminándolo progresivamente al final del primer año de vida.

Desarrollo en niños de 0 a 1 año

El desarrollo del niño es muy importante, por ello es esencial conocer las distintas etapas y procesos que deben dominar en cada una de ellas para saber que nuestro hijo tiene un crecimiento normal y adaptativo.

Aunque cada niño es distinto, y existen diferencias interindividuales, como esquema básico del desarrollo tenemos:

Entre los cero y los tres meses es muy importante el contacto con el niño, para que pueda conocer a las personas y el entorno. En este periodo, el niño comenzará con muchas horas de sueño, para progresivamente ir permaneciendo despierto durante más tiempo.

Además conforme pasen los días, comenzará a mirar a los ojos y seguir con la mirada, sonreír y emitir ruidos cuando se le acaricia. Al final de este periodo al estar boca abajo se aguantará sobre los brazos y levantará la cabeza. baby-256857

De los 4 a los 6 meses se establece un vínculo afectivo con las personas cercanas, y comienza la exploración del entorno. Aparecerá el balbuceo, y reconocerá a las personas cercanas, y al final de este tiempo podrá coger objetos y girarse estando tumbado boca abajo.

Durante los 7 y los 9 meses se aguanta sentado cada vez más, puede aplaudir y decir “adiós” con las manitas, se arrastra por el suelo, comienza a decir sílabas y repetirlas. Al final de este periodo aparecerá el gateo.

A los 10-12 meses amplía la comunicación gestual y verbal, con las primeras palabras, y el inicio de la deambulación. Comienza a comer utilizando las manos. Entenderá muchas cosas que se le dicen de manera simple, como “no”, “dame”. Comenzará a llamaros “mamá” y “papá”.

Este periodo es de gran importancia, puesto que existe una gran plasticidad y en él se adquieren grandes logros como caminar, hablar, la vinculación afectiva… por ello es importante que estemos con los niños, y les apoyemos y reforcemos cada objetivo que consigan.

Alimentación en la infancia

En relación con una alimentación saludable, hay que tener en cuenta una serie de aspectos implicados en ella. Estos aspectos hay que tenerlos todavía más en cuenta cuando nos referimos a la alimentación en la infancia.

Lo primero mencionable son los buenos hábitos por parte de cada uno, y el saber transmitírselo a nuestros hijos. Estos consisten en cinco comidas diarias, con un horario lo más planificado posible, y en cada una de ellas que estén incluidos distintos grupos alimenticios.

Además, hay que disfrutar los momentos de reunirnos a la mesa con ellos, hablar de lo que han hecho o van a hacer ese día, como están, como va el colegio, los amigos, lo que les preocupa…es un momento de compartir, de escuchar y de prestarles atención.

En cuanto a las porciones, deben ser pequeñas pero acordes a la edad de cada niño, conforme mayor edad se van aumentando paulatinamente, y hay que tener presente que si se quedan con hambre ellos mismos pedirán más.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que para la introducción de alimentos nuevos, las porciones deben ser más pequeñas de lo normal. Se tiene que ser consciente de que es una situación estresante para él, debido a que nunca lo ha comido y no sabe si le va a gustar, e incluso hay alimentos que a la vista les pueden provocar rechazo. Por ello, hay que darle un margen de tiempo para que se anime a probar lo que tiene delante, y que es novedad para él.

Alimentación saludable en la infancia

Uno de los momentos del día fundamentales es el desayuno, por ello, pese a que por la mañana todos tendemos a “correr” e ir con prisas, hay que tomarse un momento para empezar el día con un desayuno completo y variado, dárselo igual a nuestros hijos y transmitirles la importancia de empezar la mañana comiendo saludable y equilibrado, para tener la energía suficiente para afrontar los retos de cada día.

Como datos más técnicos, decir que la distribución de las calorías en las diferentes comidas son: 25% en el desayuno, 35% en el almuerzo y la comida, 15% en la merienda, y 25% en la cena. Además, para que sea considerada una dieta, se deben dividir en un 15% de proteínas, un 35% de grasas, y un 60% de hidratos de carbono aproximadamente.

Ejemplo de menú diario equilibrado:

· Desayuno: Leche con cacao. Elegir entre: Galletas o pan tostado con aceite o mermelada. Zumo de naranja natural recién exprimido.

· Almuerzo: elegir entre: yogur y/o Fruta o pan con embutido.

· Comida: 1er plato (a elegir entre: arroz/legumbres/pastas/verduras-hortalizas con patata); 2º plato (a elegir entre: carne/pescados/huevos); Postre (fruta, y si se desea, como complemento leche). Bebida (agua). Pan (una ración acorde a la edad).

· Merienda: elegir entre: yogur y/o Fruta o pan con embutido.

· Cena: a elegir entre: Sopa/Puré/Tortilla francesa. Fruta.

A esto se le debería unir animar a nuestros hijos a hacer deporte y familiarizarles con él, e incluso practicarlo con ellos. Todo ello con el objetivo de que los niños estén sanos, en normopeso, y con una alimentación equilibrada.

Como conclusión final, decir que hay que concienciarse de que tanto nuestra alimentación, como la de nuestros hijos debe ser saludable y equilibrada, y junto con ello, es importante la práctica de algún deporte para mantenernos y mantenerlos sanos.