Cuando no encontramos una motivación por la que continuar hacia delante, nos damos cuenta de que alcanzar nuestros sueños no es fácil, se trata de un camino duro, lleno de baches y distracciones, de intentos fallidos, ganas de abandonar, lágrimas y momentos duros… pero todo esto hace que cuando se consiga merezca mucho más la pena.
Tienes que visualizar quién quieres ser, lo que quieres ser, y qué quieres lograr, y decidir ir a por ello hoy, no mañana, dentro de un mes o un año… hoy.
Y no basta con quererlo un poco, tienes que quererlo hasta dar el último aliento que tengas, hasta la última gota de sudor, seguir cuando te duela todo, o el cansancio no te permita pensar con claridad…es en ese momento cuando tienes que tomar una decisión, ceder y fracasar, o dar todo lo que tienes y seguir luchando por tu sueño.
Es mejor mil fracasos, puesto que significa que lo intentaste y fuiste a por ello, que no probar, porque significa que no creíste en ti. No importa cuántas veces caigas, lo que de verdad importa es cuantas seas capaz de levantarte y seguir adelante, y perseguir aquello que deseas y necesitas como respirar.
Se trata de tener fe, de que el dolor no te supere, de sacrificar lo que no importa, y de que el miedo no te domine, porque el miedo no existe, tú mismo te lo generas…eres tú el que tiene que dominarle a él.
Se trata de probar tus capacidades, tu inteligencia, tu forma física, tu creatividad, tu resistencia y tus límites. SE TRATA DE CREER EN TI.